REVISTA
CARACU. ARTE PSICOANALISIS AÑO 1 NUMERO 1 PRIMAVERA 2009
LETRA VIVA
Páginas: 64
Peso: 0.19 kgs.
Alto: 28.0 cm.
Ancho: 20.0 cm.
Profundidad: 1.0 cm.
ISBN: 9789506492564
Caracú hermano mío, largo sería enumerar tus virtudes que escapan al rebaño.
¿Acaso el pueblo sensible al arte ha escuchado tu nombre?
Todavía inefable, llevas de deleite el alma que mora en las entrañas de los amigos.
Deja ya esa vergüenza que los débiles blasfemaron contra ti.
Ellos, ellos, los temerosos del colesterol, los espantados del ateroma calcificado, los que tiemblan frente a los ácidos grasos polisaturados y claman por los descremados, por los descafeinados, por los cerocalóricos enemigos de la creación.
Lo que amamos es la potencia de tu alma, su vitalidad sexual y resistente que habita en tu interior paradójicamente blando y sensible.
Un cuerpo duro y un alma sensible, qué mejor metáfora del artista que atraviesa el caldo de la historia.
En ese recipiente abierto que es el mundo, hierve el tiempo y el espacio, se vuelca la sal de la vida y mil especies de experiencias se mezclan en un baile graciosos y circular.
Caraculearte es el nombre del caracú creando, es el acto y el objeto, un movimiento fuera de sí, una excentricidad aplastada como en el fondo de un plato.
El ser del caracú se extrae en un movimiento que es fuga, soplo violento, expulsión de goce de un centro, el agujero, que queda como hueso de lo real.
Caracú hermano nuestro, llenos están lo lugares del arte con tu nombre, eres el condensador de todas las artes que ha habido en esta tierra, anarco-dionisíaco, apolíneo, culinario, duro como el metal y blando como la miel, tu esencia es la transformación, el artificio, la invención.
El caracú es eterno devenir y eterno retorno, flauta y escultura, instalación y concepto, ready made y objeto de caldo donde convergen las mayores resonancias del espíritu.
Por eso te proponemos como estructura básica del arte, una ronda de sujetos y de objetos que envuelven la blanda sustancia de tu alma, para que todos juntos la comamos en un totémico banquete, y una vez terminada nuestra tarea quede el reluciente pero modesto vacío que habita en cada obra.