Estamos frente a un texto que se propone comprender los mecanismos imperantes en los procesos de memoria a partir de lo traumático, y el lugar que los olvidos pueden ocupar en ella. Interpela las definiciones propiamente técnicas, ubicando a la memoria, no solo como una de las funciones psíquicas que selecciona, almacena y reconoce los contenidos que lleva a la conciencia, sino también nos lleva a pensar, la memoria en su íntima relación con el olvido. La dimensión de la memoria cobra una nueva significación a partir del olvido, y su vínculo directo, en esta conexión específica, con el silencio.
Escribir sobre la memoria, es sin duda profundizar en el alma humana. Y si hablamos de alguien que ahondó sobre ella, el primero que surge es S. Freud, “Toda teoría psicológica digna de alguna consideración habrá de ofrecer una explicación de la memoria”. ¿Qué somos sin memoria? ¿Quiénes somos, si no hay recuerdos?
“La Memoria es el único Paraíso del que no podemos ser expulsados”.
El pasaje de lo traumático individual a lo traumático social es el capitón, la piedra angular que nos guía en la lectura. “La historia oficial” en pos de una memoria, que no es la sincronía de lo actual desde donde lo enfoca sino en la intersección que se propone en la diacronía de los tiempos históricos. Ese tiempo marcado por los acontecimientos y cuyas consecuencias son: dejar enfocado, cristalizado. De los que no podemos desligarnos, vigente y a la vez queriendo olvidar. [...]
Los traumatismos sociales representan un desafío teórico, clínico, social y político, enfrentar este desafío puede llevarnos a descubrir un nuevo saber y desde allí intentar responder con herramientas más adecuadas a los problemas que la actualidad plantea, participando así, en la transformación de un “malestar social” a fin de que “la historia no se repita”.
Audazmente propone dar un paso más; memoria, olvido y recuerdo se tornan cruciales cuando se vinculan a eventos traumáticos, cuando se trata de catástrofes sociales y situaciones de sufrimiento colectivo.
Las respuestas sociales organizadas frente a las situaciones de traumatismo social tienen un papel fundamental en los procesos de reparación simbólica y reelaboración individual y colectiva.
Fragmentos del prólogo de Norberto I. J. Pisoni
Mariana Vazquez
Licenciada en Psicología. Magister en Psicopatología y Salud Mental. Especialista en Psicología Clínica. Dra. en Psicología Social. Profesora de Psicopatología y Psicología Clínica en la Lic en Psicología de la Universidad Argentina J. F. Kennedy. Prof de post grado en la Carrera de Especialización en Psicología de la UAJFK Co-Directora de Clínica y Psicopatología, un espacio dedicado a la Asistencia, Supervisión y Formación en Psicoanálisis. Miembro titular de la Asociación Argentina de Salud Mental. Vicepresidente del Capítulo Clínica y psicopatología. Disertante en Congresos nacionales e internacionales. Supervisora Clínica.
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