Los cambios tecnológicos producidos en el ámbito de la reproducción en las últimas décadas se presentan como un tsunami que avanza en forma acelerada e imparable, que tiene la potencia de arrasar con las formas tradicionales de reproducción y de familia, que transforma el cuerpo femenino en un terreno de experimentación. Hasta hace unas décadas, las relaciones sexuales eran condición necesaria para concebir un niño, garantizando que los elementos genéticos, biológicos y volitivos participantes de la situación resultaran absolutamente indisociables. La irrupción de las TRHA abre la puerta a una variedad de combinaciones imposibles en el marco de la concepción tradicional. Estas han posibilitado nuevas formas de filiación disociando la biología del hecho simbólico de la paternidad/maternidad. En los últimos años, este ámbito, ha adquirido relevancia social y se ha visto impulsado por una serie de leyes de ampliación de derechos y por la modificación del Código Civil (2015) que establece las TRHA como tercera viafiliatoria. Proponemos una lectura que tome elementos de diversos campos –el de la subjetividad, el de los desarrollos científicos-tecnológicos, el jurídico– para producir un entramado que nos permita pensar complejamente sobre las transformaciones que las TRHA introducen en las familias y los cuerpos.