Me importa decir que el arte no existe; ex-siste. No es su hueso situarse simbólicamente a partir de una excepción, a partir de lo que queda excluido opositivamente como no-arte. No es su hueso situarse como una entidad, sino que por el contrario el arte es vacío, en tanto sólo lo realizan las obras. Es la existencia de cada obra la que muestra su vacío, su no existencia como universo.
El autor nos introduce en un recorrido intenso por los interrogantes del arte, la pintura, la función de la mirada, el sujeto, el goce y, por qué no, el estar-en-el-mundo. Un trabajo junto al psicoanálisis, que logra proponer los planteos de una época que se deleita con la muerte de lo impropio. Dimensiones de la presencia es entonces un argumento de interpelación constante a la cultura, a su malestar, la profundización de ese “no todo” está dicho, frente al discurso de la muerte del arte. Y tanto más. En lo fundamental, es la vivencia incómoda, y a la vez lúcida, de lo mejor que el arte y el psicoanálisis pudieran causar.
Este libro fue distinguido con el Premio Accesit “Lucien Freud” 2015 que otorga la Fundación Proyecto al Sur.