El Acompañamiento Terapéutico (AT) surge para dar respuesta
al problema que plantean aquellas patologías mentales más severas.
La pregunta es: ¿qué hacemos con aquellos pacientes graves
que no están en una situación como para ser ingresados en instituciones,
pero que tampoco pueden sostenerse por sí mismos?
El AT está presente junto al paciente día a día en su entorno
habitual, escuchando sus preocupaciones, conteniendo su
angustia, ayudándolo a desenvolverse en tareas cotidianas y
proporcionando una mayor adherencia al tratamiento. La
función del Acompañante Terapéutico siempre es complementaria
a la actuación de otros profesionales como el psicólogo o el
psiquiatra, formando parte de un abordaje múltiple, que se debe
aplicar a pacientes graves que tienen tendencia a interrumpir el
tratamiento. El AT es un agente de salud capacitado para sostener
a pacientes crónicos y agudos. […]
Cada vez se detectan con mayor frecuencia, personas que
presentan las denominadas Patologías Graves, en las que incluimos
las patologías del acto, los llamados trastornos de la alimentación
(Bulimia y Anorexia), los trastornos de ansiedad, depresión,
actos suicidas, diversos tipos de adicciones (Toxicomanía,
Alcoholismo, Ludopatía, etc.) y patologías psicóticas como la
esquizofrenia, paranoia, etc.
De la introducción del libro