Las toxicomanías se diferencian del mero consumo de drogas. En el marco de una clínica que suele llamarse “de las impulsiones”, “del acto”, “del consumo”, etc., preferimos ensayar un retorno a Freud para tomar la afección del narcisismo como hilo conductor. Pero no para plantear un tipo de personalidad o estructura límite, sino una clínica diferencial que dispone usos discrecionales en las diversas estructuras: neurosis, psicosis, perversión. Nuestro propósito será demostrar que no se trata de un tema de especialidad, sino de una radicalización de lo más propio de la práctica analítica, a partir de tomar la hipocondría y la melancolía como formas paradigmáticas que permiten repensar la manía que apunta al tóxico.