El sujeto escondido en la realidad virtual, finalista del Premio La Nación-Sudamericana de Ensayo 2008, agotó rápidamente su Primera Edición y se ha convertido en un texto de consulta habitual sobre el tema. Es una de las principales obras que profundizan psicoanalíticamente en la subjetividad de la época del auge de la cibernética y la realidad virtual. Su Segunda Edición presenta una versión corregida y aumentada que incluye capítulos sobre Intimidad, Psicoanálisis a distancia, Redes sociales y SIDA y sexualidad de hoy.
“Hoy, según la autora asistimos a una era signada por un superyó erigido a partir de otra norma universal: el imperativo de “gozar lo más posible”, tan restrictivo como la represión del pasado, ya que la falta de freno y el exceso sin límite, en vez de promover el deseo y su consecuente satisfacción lo amputa a expensas de la apatía o, en el peor de los casos lo hunde en un temor que impide arriesgarse a establecer relaciones profundas y comprometidas …El abanico de tecnologías de comunicación, según la autora, posibilita un escondite perfecto: el usuario se muestra pero ya no tiene que exponer sin velo su subjetividad y los riesgos que este acto conlleva. Por medio de las relaciones cibernéticas, entonces, puede conectarse pero a la distancia necesaria para evitar el conflicto y las presiones. La autora no demoniza la tecnología, sino que acusa al sistema de prometer “un goce absoluto posible (imposible) a través de objetos que obturan la falta”. … Sahovaler es clara en sus conclusiones: la cultura del consumo y la ilusión del cumplimiento inmediato de los deseos promovida por las tecnologías modernas no sólo configuran un sujeto vaporoso, oculto tras el objeto que consume, sino también un ser perseguido y con culpa, en la mayoría de los casos, por no poder alcanzar los grados del placer establecidos. En “El placer y la culpa”, Carolina Menéndez Trucco, ADN Cultura, La Nación, Septiembre 2009.
“–¿Cuál es el motivo de la fascinación de las pantallas?– Las pantallas contrarrestan la sensación de vacío y angustia. Allí siempre hay algo para ver, alguien que está, algún mensaje revelador que aparece. Lo que sucede es luminoso, los íconos familiares otorgan identidad.
Pese a que esto puede tornarse refugio aislante, con frecuencia los blogs dan rienda suelta a la imaginación, los facebooks propician reencuentros y los personajes del chat generan lazo social. La subjetividad, aunque escondida, siempre pulsa e impulsa reclamando voz propia y reconocimiento”. Entrevista en: “Sobre lazos y conductas humanas en Internet, Escondidos en la realidad virtual”, La Cátedra, Ñ Revista de Cultura, Clarín, Agosto 2009.
“Las tecnologías de la comunicación más “el empuje a la exhibición” replantean, advierte la autora, el límite entre lo público y lo privado y proponen la contradictoria noción de una “intimidad colectiva”. Sin embargo, “lo que se expone sin pudor es una fachada ideal de lo que cada cual quiere mostrar o le gustaría ser”. En “Las tecnologías y el empuje a la exhibición. Intimidades públicas en Internet” Psicología, Página 12, Abril 2014.
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