La psicosis se presenta como un modo de decir que resiste de una manera muy especial a toda la serie de artilugios ritualizados de la práctica... Porque es un lugar común –poco feliz– considerar a la psicosis como una estructura deficitaria respecto de la neurosis, ubicar las diferencias entre una y otra no se resuelve con la confección de un catálogo de lo que hay y lo que no hay de cada lado, sino elucidando cómo se articula y entrelaza lo que se va produciendo, lo que hay, lo que efectivamente se genera en el momento de la experiencia. Aunque no encaje y, sobre todo, cuando no encaja. La psicosis resiste también a la teorización, rebasa el saber. A pesar de eso –e incluso por eso mismo– resulta una necesidad ubicar un horizonte de formalización. Este libro está destinado a plantear polémicas –o intervenir en las que están planteadas– a través de un recurso específico para este propósito: el ensayo. No por eso la psicosis dejará de ser “mal-dita”. Sin embargo, diversos prejuicios podrán ser revisados a partir de ese redoblamiento conceptual de la experiencia que es la clínica psicoanalítica.