Cuando Freud descubrió la sexualidad infantil advirtió mucho más que la posibilidad del erotismo en los niños. En todo caso, puso de manifiesto una determinada posición, que no por escapar a los dichos comunes se vuelve reticente. Lejos quedó la idea de una infancia endeble y temerosa, a partir del día en que el psicoanálisis concedió a los niños el reconocimiento de la palabra.
Sin embargo, ¿quién escucha hablar a los niños? ¿Quién presta atención a las teorías que ellos formulan acerca de la muerte? Su particular interés por el humor y los juegos de lenguaje, así como otras formaciones discursivas que se despliegan en el encuentro analítico –de la transferencia al juego, que apoyan el sufrimiento en la experiencia lúdica– demuestran que la única formación del psicoanalista es la que se realiza cuando éste se presta a responder a esa condición psíquica –que no es una consecuencia ni un efecto– que llamamos “lo infantil”.
1 cuota de $13.800 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $13.800 |
3 cuotas de $4.600 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $13.800 |