Lacan afirmó: "Ustedes tantos como son, ustedes tienen un sinthoma cada uno su cada cual. Hay un sinthoma-él y un sinthoma-ella. Es todo lo que queda de lo que se llama la relación sexual. La relación sexual es una relación intersinthomática. Es por eso que el significante, que también es del orden del sinthoma, opera. (?) ¿Cómo comunicar el virus de este sinthoma bajo la forma del significante? Esto es lo que intenté explicar a lo largo de mis seminarios". Bajo esta pregunta es que el amigo lector de este libro de José Luis Irazola puede interrogarse sobre el tema de la sexualidad, tanto del sujeto como del que obra más allá de los significantes de los Nombres-del-Padre: el autor así despliega las cuestiones pertinentes a las disipaciones de la significatividad de lo inconsciente, provocadas por la disrupción de lo real, de un otro Real del que nos dice de su indecidibilidad, intentando con la materialidad que lo soporta ir más allá de lo indecible como prueba de lo imposible. En estas páginas la interlocución propuesta parte de la función del Padre y las limitaciones en cuanto a la sublimación que ella permite, pero necesarias para pensar tanto el curso de un análisis como su fin.