Fernando Geberovich
¿Sabe el psicoanálisis pensar la droga, tratar las adicciones? Los adictos creen poseer una experiencia y un saber inaccesibles a los que no se drogan; y podrían proclamar, con el poeta Joseph Brodsky: “sólo la ceniza sabe qué es arder hasta el final”.
Estos pacientes impacientes sustituyen el actuar al decir, la fuga en la sensación a la búsqueda de sentido, el vacío a la falta, la prótesis narcisista al objeto de amor; y la anestesia de una necesidad a la satisfacción de un deseo. Considerados como amorales y peligrosos, manipuladores e incapaces de soportar el compromiso terapéutico, a partir de que Freud los declarara inanalizables, no cesan de desafiar el saber de los psicoanalistas.
Fernando Geberovich, psicoanalista con cuarenta años de experiencia clínica en el tratamiento psicoanalítico de las adicciones, se opone de modo resuelto a tales prejuicios pesimistas; y lo prueba exponiendo numerosos casos clínicos particularmente complejos y esclarecedores.
Para este autor las adicciones (drogas, juego, alimentos…) no son una fatalidad. El psicoanálisis puede aportar una ayuda esencial a su comprensión y tratamiento a condición de reinventar el encuadre, dar su lugar tanto a las patologías del actuar en el horizonte psicopatológico como al dolor psíquico en la metapsicología; y cuestionar, por último, el lugar mismo tanto del psicoanálisis como de la droga en una cultura transfigurada por el ideal del consumo y la violencia sin límites.
Para Geberovich la extensión epidémica de los fenómenos de adicción es síntoma de una cultura atravesada por una verdadera mutación simbólica. Considerados iconos o desechos, fuente de fascinación o de horror, los toxicómanos son ángeles caídos y anunciadores de un mundo vacío y consumidor, narcisista y violento donde el Otro se desvanece. En ese mundo el psicoanálisis resiste.
