Hay mil vidas insoportables en estos relatos de Matías Buttini; pero la honda variedad de los argumentos vuelve una y otra vez a un motivo precioso: el encanto. ¿Por qué necesitamos mirar de lejos aquello que más nos apasiona? He aquí el misterio de la fascinación estética, que requiere distancia en la proximidad, ese hueco del que sale una visión transformada en voz narradora.
¿Cómo poner en palabras las paradojas del deseo encantado? Vista de cerca, la cosa se desagrega y arroja un resto podrido; con una mirada de sobrevuelo pierde consistencia y se convierte en un objeto más del mundo. Los relatos de Buttini trabajan en ese delicado margen donde todo es apenas un detalle, unos pocos gestos, el efecto de una presencia esquiva.
Nadie soporta una vida encantadora, pero ¿qué vida es soportable sin encantamiento?
Luciano Lutereau