El título de la nueva novela de José Luis Valls cobra otra dimensión cuando el lector arriba a las últimas líneas del relato debe asumir cómo enfrentar a un pasado con deudas, preguntas y múltiples crímenes sin resolver. En Silencio se recrea un presente en el que emerge una verdad aterradora que no se dice pero que está ahí: el crimen evidencia complejas relaciones entre el mundo cotidiano y los poderes políticos que presidían la Argentina en los años de plomo.
En ese sentido, esta novela plantea historias alrededor del crimen y este, a su vez, encierra interrogantes de difícil solución, más allá de la contraposición entre la mirada y el sentido de lo que se descifra desde cada perspectiva narrada. Un asesinato se despliega como un tejido de pequeños sucesos que contienen en sí mismos una verdad no visible pero que estaba ahí a la vista de todos. El título, entonces, puede ser leído como una cifra que, entre muchas otras significaciones, alude a la actitud que una gran parte de la población asumió frente a los horrendos crímenes de la dictadura cívico militar del ’76. Los interrogantes superan al lector y al proceso de configuración de la historia narrada, pues se da a leer que ya no existe la necesidad de una explicación magistral que descifre la culpabilidad de los ejecutores y los cómplices silentes, sino también que descubra la naturaleza misma del crimen y sus relaciones con lo político. […]
La prosa narrativa de José Luis Valls se abre a deslumbrantes espacios líricos a través de remisiones culturales tanto a la época en la que ocurre la historia como a nuestro presente asediado por formas de mutismo deliberado. Silencio atrae y deleita por la maestría en el desarrollo del entramado ficcional y en el manejo de registros y matices expresivos y, básicamente, por su indagación de los oscuros desfiladeros de alma humana.
Del prólogo de Roberto Ferro
José Luis Valls nació el 2 de enero de 1941 en el seno de una familia de clase media de Buenos Aires. Todos sus abuelos fueron españoles, no así sus padres, argentinos. Vivió su infancia y primera juventud en Ramos Mejía, al único colegio que concurrió fue al Colegio Ward, cito en esa ciudad del conurbano bonaerense, desde el primero de primaria al último de la secundaria. De esa época tiene el mejor de los recuerdos, los partidos de fútbol en la calle y en los potreros y también en las canchas del colegio, las barras, los desafíos, los picados, sus amigos y demás. Estudió Medicina. A los 19 años fue a vivir con sus padres y hermanos al barrio de Caballito. Fue practicante de guardia rentado en el Hospital Aeronáutico Central de Nueva Pompeya. Se recibió de médico en la UBA en el año 1964, en ese mismo año fue médico residente del Hospital José T. Borda donde vivió durante dos años. Conoció la locura. Fue médico psiquiatra y se formó en el Psicoanálisis. Es psicoanalista didacta de APA desde 1980. Conoció por tanto al ser humano desde muchos puntos de vista. Escribió muchos textos a partir de la Metapsicología Freudiana, el principal es, sin duda, el Diccionario Freudiano que lleva cuatro ediciones castellanas y una inglesa. Siempre amó el arte en general y la Literatura en especial. Con el comienzo del nuevo siglo surgió en él la aventura de escribir Literatura. Se dejó atravesar por ese viejo y nuevo amor y comenzó a tallar en ella. La editorial CIEN editó un libro de sus cuentos premiados en varios concursos: ¡Gabrielaaa…! Escribió seis novelas, entre ellas, Azul oscuro (Letra Viva, 2018) y Brava (Letra Viva, 2021).
